En un convento donde la santidad brilla por su ausencia y las travesuras están a la orden del día, los rezos se mezclan con sospechas, y la fe... con carcajadas. Bob, un alma ingenua y despistada, se ve envuelto en los interrogatorios del Inspector
Jefferson, que huele pecado hasta en el incienso. Mientras tanto, la Hermana Soledad guarda secretos más grandes que su rosario, la Madre Abadesa intenta mantener la compostura (y no siempre lo logra), y la Hermana Constanza y Urzuri convierten la
rutina conventual en un espectáculo de enredos. Entre confesiones imposibles, normas que nadie cumple y sorpresas detrás de cada hábito, Santas y perversas promete un banquete de humor irreverente, donde el público reirá hasta decir “¡Amén!”.